Me gusta empezar mis sesiones con retrato, retratos con ropa, aunque la sesión esté destinada a ser de desnudo. Porque siento que comenzar de esta forma me da mucha información acerca de la persona que tengo enfrente (cómo son sus gestos, su personalidad y cómo se está sintiendo en el momento). Esto me permite ya a partir de allí, dirigir la sesión hacia espacios adaptados a cada individuo, lo que consigue que los resultados sean verdaderamente personalizados.
No se trata de un copiar y pegar de poses estéticamente «atractivas» con cada persona que posa para ti; para mí las sesiones de fotos (aunque no todos vengan con esa intención), son sumamente terapéuticas, y son un compartir de energía brutal, por ello trato de integrarme y profundizar en cada persona, con el fin de conseguir que exprese su vulnerabilidad para mi cámara.
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En esta sesión en particular, luego de una linda conversación, Jette y yo comenzamos a fluir, entre risas, juegos y muchos movimientos exploratorios; generando una danza no solo en sus movimientos, sino en la mezcla de estos, con los míos apuntando la cámara hacia ella y jugando con dobles exposiciones, cristales y demás elementos compositivos.
Gracias Jette, por permitirte ser, y jugar como una niña explorando no solo el espacio, sino también tu expresión corporal y emocional.
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Modelo: @jett.ekowska