Mi mayor inseguridad no es una sola, es el conjunto de muchas a la vez.
Esas miles de marquitas que ves, que vienen y van, y se pasean por mi piel.
Una piel llena de marcas, no es UNA inseguridad, es MILES a la vez.
Se multiplica con cada marca nueva que decide aparecer.
Entonces entro en el círculo vicioso de rascar mi piel como reflejo de la ansiedad, lo cual, genera aún más marcas, lo cual genera aún más ansiedad…
Cuando tu inseguridad es tu piel, dime, ¿cómo la escondes?
Está en todos lados, es todo aquello que se ve.
Solo queda aprender a vivir con ella.
¿Y cómo lo he hecho?
MOSTRÁNDOME.
Esta es en realidad una de las principales razones por las que empecé a autorretrarme, para aprender a observarme tal cual soy. Para aprender a verme desde afuera, desde una visión ajena, pero a la vez muy mía.
Para aprender a tener el control, ya no de mí o de mi cuerpo, sino de mi forma de mirarme.